EFEAGRO. Los nuevos inversores agrarios se han consolidado en el mercado español de fincas rústicas, marcado por la búsqueda de agua y de regadío tras un 2023 afectado por la sequía, han afirmado este martes distintos expertos del sector.
En una mesa redonda organizada por la plataforma de compraventa de fincas rústicas Cocampo, el director agrario del Banco Sabadell, José Antonio Lominchar, ha destacado la consolidación el año pasado de los nuevos actores, como los fondos de inversión extranjeros interesados en comprar explotaciones de pistacho en Castilla-La Mancha y aguacate en el sur de Andalucía.
En contraposición, el agricultor tradicional ha vivido un 2023 «muy difícil por la sequía», con caídas de la producción en general que han sido compensadas por el incremento de los precios, a juicio del directivo.
Inversiones en placas fotovoltaicas
Muchas fincas rústicas improductivas se están dedicando, mientras tanto, a inversiones en placas fotovoltaicas, según Lominchar, que ha subrayado la «diversidad» de las fincas rústicas que existen.
El director comercial de la empresa inmobiliaria Gilmar, Juan Fraile, ha afirmado que desde 2020 se están viendo más movimientos en el sector, ya que «la gente está volviendo a valorar la importancia del campo como activo refugio».
Ha señalado que el sector debe profesionalizarse más, aportando más garantías jurídicas ante «inversiones importantes en las que uno no se debe equivocar, puesto que el recambio es lento».
Interés por las fincas con agua y regadío
En su opinión, en este momento está creciendo el interés por las fincas con agua y regadío, sobre todo de cultivos leñosos como el olivar y el almendro.
El presidente de la empresa consultora de inversión agraria Tepro, Álvaro Domínguez, ha coincidido en que en 2023 el sector se ha movido «buscando la gota de agua» y ha apuntado que el número de nuevos inversores se ha disparado.
Rentabilidad de los cultivos hortícolas
Ha resaltado la rentabilidad de los cultivos hortícolas, como el tomate, la zanahoria o la cebolla, aunque para eso «hay que asumir los riesgos» y «saber hacerlo».
El tasador de fincas rústicas y coordinador de activos agropecuarios de la compañía Tinsa, Manuel Garrosa, ha asegurado que los inversores se han lanzado a las plantaciones leñosas y de regadío, siempre y cuando tengan la documentación legal actualizada.
Garrosa ha remarcado el potencial que tienen las explotaciones agrarias para la captura de carbono en los suelos, lo que puede atraer futuras inversiones aunque todavía es un mercado que no está desarrollado.
El interés por el terreno rústico se reflejó en 124.990 operaciones de compraventa en España los diez primeros meses del año, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) recogidos por un reciente estudio de Cocampo, que revela un incremento del 5,4 % en comparación con los niveles anteriores a la pandemia.
De acuerdo con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), la superficie de tierras de cultivo de España ha descendido en 2023 un 0,28 % en comparación con el año anterior, hasta los 16,78 millones de hectáreas, debido a una caída del 3,12 % en los herbáceos que no se ha visto compensada por el aumento del 0,70 % que han experimentado los leñosos.